La mejora en la evolución del resultado de estas empresas se explica por el impacto “mucho menos negativo” de los gastos e ingresos atípicos que en 2012, año en el que algunas empresas tuvieron que contabilizar “importantes deterioros por la pérdida de valor en activos financieros”.

De esta forma, los datos de las empresas no financieras muestran “una moderación en el ritmo de contracción de la actividad en todas las ramas, con la excepción de la energía, que se vio afectada por perturbaciones especiales que dieron lugar a una fuerte disminución de su valor añadido nominal”.

En este sentido, el valor añadido bruto (VAB) de estas empresas disminuyó en el conjunto del año un 3,9%, dos décimas más que en 2012, debido a la “sobrerrepresentación” que tiene el sector energético en la muestra trimestral.

No obstante, si se excluye este sector, el VAB se redujo un 2,3% frente al descenso del 5,2% en el ejercicio anterior.

En cuanto a los gastos de personal, se redujeron un 1,5% en 2013, lo que representa un punto porcentual por debajo de la disminución experimentada en el ejercicio precedente.

Esta menor caída se explica tanto por el descenso en el ritmo de destrucción de puestos de trabajo como a una cierta aceleración de las remuneraciones medias, que, no obstante, se mantuvieron en una senda de crecimiento moderado, en torno al 1%.

Por tipo de contrato, la mayor parte del ajuste de plantillas se siguió concentrando en la de carácter temporal, con una caída del 8,2%, si bien el personal fijo también descendió (un 1,5%, frente al 0,8% de 2012).

En este contexto, el resultado económico bruto (REB) retrocedió un 6%, algo más de un punto porcentual más que el ejercicio anterior. Si se excluye el sector energético, el descenso sería del 2,8%, más moderado también que el registrado un año antes por el mismo agregado, que fue del 8,2%.