Según García-Escudero, "Suárez ejemplifica como pocos el inestimable valor del diálogo, de la tolerancia y del espíritu de consenso. Fue así como logró algo que muy pocos hubieran sido capaces de hacer: pilotar un proceso de transición pacífica desde un régimen sin libertad hasta una democracia moderna. De ese modo, Adolfo Suárez abrió un camino que jamás debemos abandonar y que queda trazado por la Constitución de 1978, nuestra 'plataforma básica de convivencia', tal como él mismo la definió".

"Hombre de profundas convicciones democráticas, de él nos quedará para siempre su imagen de firmeza y valentía durante el asalto al Congreso de los Diputados el 23-F. Por eso hoy lamentamos tanto la pérdida de quien, con todo motivo, ya forma parte del elenco de los personajes más grandes de la historia de España", concluyó.