Bauzá reiteró en un desayuno informativo en Madrid la reivindicación que hace de cara al nuevo sistema junto a comunidades como la valenciana y Murcia y en contra de otras también gobernadas por el PP, como las dos Castillas: un reparto fundamentado en la población, que a su entender es lo que lo haría basado en las personas y no en los territorios, porque así todos los ciudadanos tendrían acceso a los mismos servicios sociales independientemente de donde vivieran.

El presidente balear aseguró que, después de haber contenido la deuda autonómica, el problema de la región ya no es el gasto, sino los ingresos, y en este sentido defendió un sistema "no para separar", sino "para hacer más fuerte a España" y siempre partiendo de la solidaridad interterritorial, de la que, subrayó, Baleares es el mayor contribuyente neto.

Por eso, aseguró que "a nadie debe preocuparle" que Baleares, Valencia y Murcia hayan decidido "trabajar de forma conjunta" de cara a la elaboración del nuevo sistema, algo que se negó a tachar de frentismo, puesto que, aseguró, lo hacen "con absoluta lealtad".

Bauzá sólo se quejó de Cataluña, que a su juicio negoció bilateralmente con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero el sistema actualmente en vigor, "y el resto nos repartimos las sobras", y, sin nombrarlas, al País Vasco y Navarra. Todas estas comunidades, lamentó, contribuyendo menos que Baleares, tiene "privilegios que otros ni nos podemos plantear", y al final los ciudadanos baleares se sienten el socio del club que paga las cuotas y no disfruta de sus servicios.

Para distinguirse de Cataluña, cuyo Gobierno administra argumentos similares, el presidente balear matizó que el reparto ha de hacerse "no desde una identidad excluyente, sino desde la realidad inclusiva".

Bauzá considera que la actual financiación autónomica es "injusta y opaca", y que ha de modificarse en base a "variables objetivas, no subjetivas", porque no puede ser que cada comunidad traiga las suyas. Admitió que la población no sería la única variable, que "tiene que haber más" y que negociar un sistema será "complicado" y "no lo solventaremos en dos días", pero, a su modo de ver, si se acepta que el único protagonista ha de ser el ciudadano (apuntalando así su apuesta por el criterio de la población), se llegará a una solución.