Según el parte de nieve de la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (Atudem), la mayor superficie esquiable está en Formigal (Huesca), con 130 kilómetros de pistas y 3,20 metros máximos de espesor; en Baqueira-Beret (Lleida), que cuenta con 120 kilómetros con un espesor de 3,35 metros, y en Sierra Nevada, con 105 kilómetros y dos metros y medio.

Además, en el Pirineo catalán, Masella cuenta con 74 kilómetros y 1,90 metros de espesor, La Molina con 61 kilómetros y 1,90 metros, Port Ainé con 25 kilómetros y 2,40 metros, Espot con 24 kilómetros y 2,40 metros, Vallter con 10 kilómetros y un metro, Nùria con 7 kilómetros y un metro y Tavascán con 5 kilómetros y tres metros.

En Aragón, junto a Formigal, Cerler ofrece 73 kilómetros y 2,65 metros de espesor, Candanchú 50 kilómetros y tres metros y medio, Astún 41,5 kilómetros y 2,70 metros, Panticosa 32 kilómetros y tres metros, Javalambre 14 kilómetros y 90 centímetros y Valdelinares 9 kilómetros y 1,10 metros.

Por su parte, en la Cordillera Cantábrica, San Isidro (León) tiene 25 kilómetros de pistas con dos metros de espesor, Alto Campoo (Cantabria) 20 kilómetros con 80 centímetros, Manzaneda (Ourense) 15,5 kilómetros con 1,20 metros, Valgrande-Pajares (Asturias) 13 kilómetros con 2,15 metros, Fuentes de Invierno (Asturias) 9 kilómetros con 1,90 metros y Leitariegos (León) 6 kilómetros con 1,60 metros.

En el resto del territorio peninsular, La Covatilla (Salamanca) abre con 26 kilómetros y dos metros y medio de espesor, Valdesquí (Madrid) con 22 kilómetros y 1,45 metros, Valdezcaray (La Rioja) con 13 kilómetros y un metro, La Pinilla (Segovia) con 6 kilómetros y 60 centímetros y Navacerrada (Madrid) con 4 kilómetros y 1,40 metros.

Por último, entre las estaciones de esquí de fondo, Lles (Lleida) cuenta con 33 kilómetros de pistas y 1,60 metros de espesor, Larra Belagua (Navarra) con 22 kilómetros y dos metros, Llanos del Hospital (Huesca) con 19 kilómetros y 2,10 metros y Candanchú (Huesca) con 22 kilómetros y 1,80 metros.