Según lo que los grandes partidos predican “desde la tribuna” del Parlamento, dijo, Álvarez debería dejar su puesto, “pero como estamos instalados en una praxis política basada en la hipocresía, puede ser que no lo haga y que no ocurra nada”.

Tardà señaló, no obstante, que “esta persona es inocente, y esto es sagrado hasta que no se demuestre lo contrario”, pese a lo cual los políticos “somos cautivos de las palabras” y muchos han hecho “declaciones muy altisonantes, sin entender que a la larga se pueden volver en su contra”.

A Esquerra ya no le “sorprende nada”, ni “nos escandalizamos de las actuaciones judicales, ni de la hipocresía vertida por los poderosos”, porque “prevalece el cinismo”.