Marcos explicó que la figura del asistente personal "no tiene un desarrollo normativo acorde al potencial que puede tener esta figura", que constituye, en algunos casos, "el único servicio que para mucha gente puede ser acorde a sus necesidades".

En esta línea, afirmó que "al no estar regulado, ha tenido un desarrollo lento y las comunidades hemos tenido que hacer un cambio de modelo radical".

En este momento, subrayó, "el desarrollo de la figura personal es una prioridad, junto al Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi)", aclaró, "porque es importante que sean las propias entidades quienes tengan contratados profesionales que presten este servicio".

En Castilla y León, según indicó, desde el inicio de la Ley de Dependencia "se han cumplido los criterios que contempla esta ley de forma consensuada con el Tercer Sector mediante el diálogo social y también a nivel político".

Además, dijo, "se han introducido desde el principio mecanismos de gestión y se ha podido incorporar la dependencia en el sistema de servicios sociales".

En su opinión, "el único problema que tiene la Ley de Dependencia en Castilla y León es el modelo de financiación".