En rueda de prensa conjunta con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, tras mantener ambos una reunión en el Palacio de Santa Cruz, el titular de Exteriores español abogó por que se acabe la "desconfianza" entre Rusia y la UE y se avance en las negociaciones.

El ministro español, quien abogó por "sustituir la lógica de la confrontación por la de la negociación", reclamó a Lavrov que Rusia respete la legalidad internacional y la interna de Ucrania, lo que incluye la inviolabilidad de las fronteras, la integridad territorial del país y la soberanía nacional "sin injerencias externas". Reiteró que “la Constitución de Ucrania consagra la integridad territorial y la inviolabilidad de las fronteras”.

García-Margallo hizo hincapié en que Rusia es un “actor muy importante” de la comunidad internacional para resolver los conflictos, no sólo para el “problema presente” en Ucrania, sino para otros problemas que están “envenenando” la situación, como la situación en Siria. Y resaltó también su contribución para el desarme nuclear de Irán, lo que, a su juicio, demuestra que es un país “extraordinariamente importante”.

No obstante, el titular español apuntó que en la pasada reunión de ministros de Exteriores de la UE se acordó una declaración en la que se contemplaba que, en caso de que no hubiera una “desescalada” de la tensión, se suspendería la negociación de visados y del nuevo acuerdo UE-Rusia, y se contemplarían “medidas de carácter selectivo” que España apoyaría.

ALERTA ESPECIAL

Por su parte, Lavrov dijo que corresponde a las autoridades de Kiev y de Crimea aceptar o no la presencia de observadores internacionales que certifiquen que las tropas rusas están en sus bases.

Aseguró, como ya hiciera el presidente ruso, Vladimir Putin, que los efectivos paramilitares que están en Crimea no responden a órdenes de Moscú. “No tenemos ninguna potestad sobre ellos, no reciben ninguna orden”, aclaró Lavrov, y acto seguido agregó que los efectivos rusos que están en el Mar Negro están en sus bases en situación de “alerta especial” de control de toda la flota.

Al igual que Putin, el ministro ruso insistió en que no van a permitir un “derramamiento” de sangre, porque “no vamos a permitir atentados contra la vida y la salud de quienes viven en Ucrania y tampoco la de los ciudadanos rusos que viven en Ucrania".

En reiteradas ocasiones, el ministro ruso recordó que para su país, el acuerdo alcanzado el pasado 21 de febrero en Budapest entre el entonces presidente ucraniano Víctor Yanukóvich y la oposición es la base de cualquier negociación que solucione la crisis.

"El quid del problema consiste en llevar a cabo las decisiones del acuerdo del 21 de febrero. Nosotros damos nuevos pasos para salir de la situación, pero aquellos que condujeron a la situación actual tendrán que buscar la salida, y es posible basándose en los acuerdos del 21 de febrero". "No hay que hacerse el listo”, sino “ser honesto y cumplir”, añadió.

Lavrov insistió en que en Ucrania se produjo "un asalto armado al poder y el presidente electo fue apartado por métodos que no están previstos en la Constitución ni en las leyes". Tras acusar a Occidente de no haber sabido “reaccionar a tiempo” ante los actos contra el legítimo gobierno ucraniano, dijo que estos casos "son muy contagiosos y hay que ser consecuente en todas las acciones".

En esta línea, Serguei Lavrov afirmó que “los reunidos en la Rada (Parlamento ucraniano) no tienen el control sobre todo el territorio”, y que “no todos los ucranios reconocen la legitimidad del Gobierno de Kiev”.

Asimismo, avanzó que este miércoles en París, en el marco de la conferencia internacional sobre Líbano, se reunirá con el secretario de Estado de EEUU, John Kerry.

Mientras los dos ministros estaban reunidos y comparecían, posteriormente, ante un numeroso grupo de periodistas, a las puertas de la sede principal del Ministerio de Exteriores se concentraban una treintena de personas. Algunas portaban banderas de Ucrania y, con carteles en español y ruso, reclamaban una solución y que la crisis no desemboque en una guerra.