El estudio pone de manifiesto las consecuencias de la velocidad en los accidentes de tráfico, partiendo de los datos estadísticos oficiales de la Dirección General de Tráfico (DGT). De ese modo, el informe analiza todos los accidentes (más de 500.000) registrados en España entre 1999 y 2003, estudiando en profundidad todos aquellos en los que ha intervenido la velocidad (más de 100.000).

La principal conclusión del estudio, según explicó el director general del INTRAS, Luis Montoro, es que la infracción de velocidad aumenta enormemente la frecuencia de accidentes, pero sobre todo su gravedad. Así, más del 37% de los accidentes mortales de tráfico se producen por alguna infracción de velocidad, ya sea sobrepasar los límites establecidos, conducir de forma inadecuada a las condiciones existentes o circular a marcha lenta.

En España, uno de cada cinco accidentes con víctimas se debe a una infracción de velocidad, lo que significa que cada año se producen 20.000 siniestros por esta causa. El porcentaje de fallecidos es el doble en los accidentes en los que ha intervenido la velocidad que en aquellos en los que no se ha cometido ninguna infracción de este tipo.

Según el informe, la principal causa de este tipo de accidentes no es conducir a una velocidad excesiva, sino hacerlo de forma inadecuada a las condiciones del entorno. El 83% de los accidentes por velocidad se debe a que el conductor no adapta su conducción a lascircunstancias que le rodean y el 16% al exceso de velocidad. La marcha lenta tiene menos trascendencia, ya que sólo provoca el 1% de los accidentes.

Asimismo, el estudio revela que existe una clara relación entre las infracciones de velocidad y la ingestión de alcohol u otras sustancias. Los conductores implicados en accidentes por una infracción de velocidad superaban los límites de alcoholemia permitidos en una proporción cuatro veces superior a los accidentados que no habían cometido una falta de esta naturaleza.

En general, indica el informe, se trata de conductores que no respetan las normas y que cometen un mayor número de infracciones, ya sea de circulación o administrativas: no llevan puesto el cinturón de seguridad, conducen distraídamente, no disponen de permiso de conducir, no han pasado la ITV, etcétera.

JOVEN, VARON Y CON POCA EXPERIENCIA

El conductor que provoca estos accidentes es generalmente joven (entre 18 y 25 años), varón, conductor de turismo o motocicleta, con poca experiencia al volante (menos de tres años de carné), conduce un vehículo con menos de dos años de antigüedad y, en el momento del siniestro, viaja solo.

Este tipo de accidentes se produce fundamentalmente en desplazamientos de ocio, sobre todo en fines de semana y meses tradicionalmente vacacionales (enero, agosto y diciembre). Ocurren por la noche, en carretera más que en zonas urbanas, y habitualmente cuando el conductor lleva entre una y tres horas continuadas al volante.

Según el estudio, cuando las condiciones atmosféricas empeoran, la velocidad cobra un papel relevante. Los factores climatológicos que más afectan a la conducción son el granizo, la lluvia, la nieve y el hielo.

Cuando graniza, el 52% de los conductores implicados en accidentes ha cometido una infracción de velocidad, es decir, circula sin adecuarse a las condiciones existentes. Cuando llueve, el 24% de los accidentes ocurren por circular a una velocidad inadecuada.