El juez le estaba preguntado en ese momento sobre Carlos Maciá Martí, el notario que selló la constitución de Aizoon, la empresa que la Infanta y su marido, Iñaki Urdangarin, compartían al 50 por ciento y a la que presuntamente se desviaron parte de los fondos que el Instituto Nóos captó de administraciones públicas. El notario aseguró en su declaración como testigo que el asesor fiscal de Urdangarin, Miguel Tejeiro, le dijo que la presencia de la Infanta en Aizoon respondía a la necesidad de contar con un “escudo fiscal”.

Preguntada por el motivo de estas palabras, la hija del Rey, según se recoge en la transcripción de su declaración, dijo que le sorprendía mucho “que el notario Carlos Maciá haya dicho eso”. “Nunca hubiese aceptado que se me utilizase como escudo fiscal, nunca”, remató la imputada.

Castro siguió indagando sobre esta cuestión y, tras varios tira y afloja con los abogados de la Infanta, que consideraban que las preguntas no eran pertinentes, el juez preguntó: “¿Es usted consciente de que ha podido ser utilizada sin saberlo?”.

“No, ni lo hubiese aceptado, ni me consta, casi me ofende señoría”, contestó la infanta Cristina. “Yo entiendo que hay preguntas que pueden ser ofensivas, no es mi intención ofenderla, señora, créame”, indicó entonces el instructor del ‘caso Nóos’.

Pero el juez Castro también supo rebajar la tensión y se interesó por el estado de la hija del Rey. “Si usted se siente mal, agotada y quiere que hagamos otro receso, incluso para dialogar con sus letrados, no hay ningún problema, señora”, le dijo, a lo que la imputada contestó con un “estoy bien, gracias”.