“Eco”, como se conoce al animal, empezó a sufrir ataques convulsivos cuando contaba sólo con cuatro meses de vida, que fueron diagnosticados como epilepsia.

Desde entonces, está siendo medicado (reduciendo paulatinamente la dosis), sin que haya sufrido nuevas crisis en el último año y medio.

Un chequeo sanitario reveló el pasado mes de junio que “Eco” presentaba enfermedad renal crónica compensada y tenía niveles elevados de urea y creatinina en sangre.

Durante la tarde del 7 de diciembre, “Eco” estuvo “apático y no quiso comer”. Por la noche, el animal se mantuvo inactivo y, a la mañana siguiente, se decidió trasladarlo a quirófano para realizar un chequeo más exhaustivo.

Desde el Programa de conservación señalan que el animal presentaba “un fallo sistémico agudo, presumiblemente de origen renal, con afectación del páncreas, hígado y bazo”.

Para poderlo tratar y mantenerlo conectado de forma permanente a un gotero, se le mantuvo sedado durante cuatro días y, para tratar la anemia, recibió una transfusión de sangre tipificada de dos linces rojos alojados en el Zoobotánico de Jerez.

Actualmente, “Eco” está en una sala de monitorización con la temperatura controlada. Sus analíticas se han ido normalizando, aunque “las bioquímicas sanguíneas siguen denotando enfermedad renal descompensada y pancreatitis aguda”.

El personal de El Acebuche asegura que “seguirá haciendo todo lo que esté en su mano” para intentar que se recupere, “aunque el pronóstico sigue siendo muy reservado”.