Así lo asegura Unicef en una nota de prensa, en la que además recuerda que el alto el fuego humanitario es el primero que la ONU ha negociado en el asediado casco antiguo de la ciudad que ha estado sitiado durante más de 600 días. "Los niños que hemos evacuado estaban débiles y demacrados", asegura Tarek Hefnawy, trabajador de Unicef que ha formado parte de la operación.

A pesar de que fue objeto de ataques, el convoy de ayuda humanitaria, que entró en el distrito de Ciudad Vieja de Homs el 8 de febrero, logró entregar suministros, incluyendo tabletas de purificación de agua proporcionadas por Unicef para apoyar a la población que ha quedado sitiada.

El personal de la ONG se ha asegurado de que los niños que llegan a los centros de acogida, fuera de la ciudad vieja, reciben inmediatamente suplementos con alto poder nutritivo. “Un total de 380 niños han recibido vacunación contra la polio, DPT, hepatitis B, sarampión y otras enfermedades prevenibles”, explica Unicef, que alerta de la presencia de alrededor de 20 mujeres embarazadas entre los evacuados.

Antes de que comenzara la operación humanitaria, Unicef estimó que había más de 1.000 niños atrapados en Homs. El personal de la ONG acompañó a los niños que fueron identificados como vulnerables hasta que estuvieron seguros, con el objetivo de asegurar que no fueran separados de sus familias o puestos en riesgos de otro modo.

A pesar de este avance, el representante de Unicef en Siria, Youssouf Abdel Jelil, comentó que "seguimos muy preocupados por la suerte de los niños que todavía están atrapados en Homs y en otras comunidades asediadas en toda Siria. Las partes en el conflicto deben proteger a los niños, respetar las pausas humanitarias y acatar los principios de derecho internacional humanitario para facilitar la entrega de asistencia humanitaria a quienes la necesitan desesperadamente”.