En la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, la socialista Carmen Montón preguntó al ministro su valoración ante el 'Tren de la libertad' que reclama la retirada del anteproyecto de reforma del aborto.

Gallardón aseguró que el Gobierno "respeta" esa iniciativa como cualquier otra manifestación, al margen de que coincida con ella o discrepe, e incluso "por muy minoritaria que hubiera sido".

Montón subrayó que durante el debate del día anterior a las feministas y a las mujeres progresistas "nos llamaron rancias, acomplejadas y con aversión patológica a los hombres", todo ello "insultos que no nos van a callar" porque su objetivo es defender la libertad de las mujeres.

La "abrumadora" respuesta social a ese anteproyecto no ha llegado solo del movimiento feminista, subrayó, sino del mundo científico, de los médicos y de la comunidad internacional.

Le reprochó que frente a ello permanezca "indolente y soberbio", y rebatió la acusación del PP de querer evitar el debate al reclamar la retirada del anteproyecto.

"No sean cínicos", les dijo, "qué debate cabe" si la intención es "imponer" el paso de una ley de plazos que respeta la libertad de las mujeres a una de supuestos con la cual "el aborto es delito".

La reforma es "clasista y muy peligrosa", alertó, porque conducirá a muchas mujeres al aborto clandestino y parte de teorías creacionistas contrarias a las tesis científicas de la evolución.

Consideró además "monstruosa" la idea de que esa reforma mejorará la economía al fomentar la natalidad, algo que antes aplicó en Rumanía Nicolae Ceaucescu.

Al "cinismo" y a la "traición a las mujeres", Montón respondió con una cita de Virginia Wolf: "La libertad no se negocia, es mía, me tengo y no me vendo", y con esa premisa las mujeres rechazan la tesis de que son "víctimas" e "incapaces de tomar nuestras propias decisiones". "No nos vamos a callar", dijo.

El ministro amplió su respuesta anterior y precisó que, pese a ser respetada por el Gobierno, ninguna manifestación "está por encima de la voluntad de los ciudadanos" y el Ejecutivo debe actuar siempre "de acuerdo con el mandato de los ciudadanos y de esta Cámara".

Alertó a los socialistas de que el aborto "legalizado" que pretenden fue el que "nació" en los países del otro lado del telón de acero bajo regímenes comunistas.

El problema de los socialistas, sentenció, es que no pueden "vencer", porque no tienen diputados suficientes, y tampoco "convencer", porque carecen de argumentos, y por eso tratan de "dividir" a los demás con estrategias como el voto secreto en la proposición no de ley.

Con ello, dijo, recuerdan al personaje `Detritus´ de los libros de Astérix, sembrador de cizaña que consigue incluso que los leones se coman entre ellos en vez de atacarle cuando le lanzan al foso.

El ministro agradeció expresamente a los socialistas por dar al PP la "oportunidad de demostrar que estamos, por encima de todo, en el compromiso adquirido con los ciudadanos".

Después, en los pasillos insistió ante los medios de comunicación en afear la estrategia del PSOE por intentar solo "dividir" al contrario en vez de intentar "argumentar", una conducta a su juicio "muy poco respetuosa" con el sistema democrático.