El Supremo confirma la condena a 44 años de cárcel para el etarra Manex Castro por el asesinato de Uria
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El Tribunal Supremo ha confirmado hoy la condena a 44 años de cárcel impuesta al etarra Manex Castro por su participación en el asesinato del empresario Inaxio Uria, que tuvo lugar en Azpeitia (Guipúzcoa) el 3 de diciembre de 2008.
Los magistrados de la Sala de lo Penal del Alto Tribunal, presididos por Joaquín Giménez García, han ratificado así la sentencia dictada en marzo pasado por la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
Castro ha sido condenado por delitos de asesinato terrorista, detención ilegal, robo de vehículo a motor, y daños.
El Supremo considera probado que en el asesinato participaron Castro y sus compañeros de comando Beinat Aguinagalde y Ugaitz Errazkin, quienes se encuentran en prisión en Francia.
Aguinagalde, Errazkin y Castro se desplazaron en la mañana del 3 de diciembre de 2008 a un aparcamiento de la localidad guipuzcoana de Deba, donde encañonaron a un hombre que se disponía a realizar una excursión por el monte y le robaron el coche.
Los etarras maniataron al excursionista, le taparon los ojos y lo dejaron en una carretera custodiado a punta de pistola durante varias horas por Manex Castro y el presunto colaborador Iurgi Garitagoitia.
Aguinagalde y Errazkin se dirigieron entonces a bordo del coche sustraído hasta Azpeitia (Guipúzcoa). Una vez en la localidad, sobre las 13.05 horas, localizaron a Ignaxio Uria entre el restaurante 'Kiruri' y las oficinas de su empresa.
Uno de los etarras se bajó del coche y, portando una barba postiza, se acercó por la espalda a Uria y le disparó a bocajarro hasta en tres ocasiones, provocándole la muerte. Los terroristas huyeron inmediatamente del lugar.
TELÉFONO DELATOR
El Supremo avala en la sentencia hecha público hoy las pruebas utilizadas por la Audiencia Nacional para condenar a Castro. Destaca en este sentido el tráfico de llamadas de un teléfono móvil que Castro arrojó a una basura junto con los restos del explosivo utilizado en un atentado contra el local del PSE en Galdakao (Vizcaya).
El citado teléfono, en el que se encontraron restos de ADN del etarra, fue utilizado en el asesinato de Uria. En concreto, los asesinos materiales hicieron con este aparato una llamada pérdida a los etarras que custodiaban al conductor secuestrado para “informar del éxito de la acción”.
(SERVIMEDIA)
11 Feb 2014
DCD/gja