Miguel Bernard, presidente de Manos Limpias, criticó que se le vaya a dar “un trato de favor” y reclamó que acuda a declarar el próximo sábado 8 de febrero como lo haría “cualquier otro ciudadana”.

Aunque todavía no hay decisión oficial sobre si la duquesa de Palma podrá llegar hasta la puerta en coche, Bernard rechazó que se recurra a cuestiones de seguridad para justificar este “privilegio”.

A su juicio, se trata de una persona pública y como tal está sometida a un “juicio mediático”, por lo que no se debe impedir que sea grabada.

En caso de llegar en coche hasta la puerta, las cámaras y las personas que allí se concentren, tendrán una “posibilidad ínfima” de verla. Por ello, el presidente de este sindicato apeló a que la Infanta adopte la misma decisión que Urdangarin y acuda andando a los juzgados, aunque a él se le autorizó la llegada en coche. Bernard defiende que la Infanta, tras bajar la rampa, tenga el mismo “comportamiento correcto” que su marido y atienda también a los medios de comunicación.

Para Bernard, la seguridad de la Infanta está garantizada con “el mismo o un poquitín” más amplio dispositivo que se habilitó por parte de la policía el día de la declaración de Urdangarín. Lo más que puede sufrir, dijo, son "algunos pitidos y pancartas".

En el caso de que se autorice finalmente que la Infanta pueda llegar en coche a las puertas del juzgado, el sindicato avanzó que no lo recurrirá porque entiende que es un tema de régimen interno y que no les compete valorarlo porque se trata de una competencia del Juzgado.