Según informó la Asociación El Defensor del Paciente, el accidente tuvo lugar en 2005, cuando el hombre, peón de la industria manufacturera, se encontraba golpeando el suelo con una azada y le saltó un cuerpo metálico al ojo izquierdo.

Acudió de inmediato a los servicios médicos de la Mutua Fraternidad Muprespa de Burgos, donde en lugar de ingresarle e intervenirle para extraer el cuerpo metálico y aplicar después el tratamiento adecuado que evitara el desarrollo de una infección, se le prescribieron una pomada y un colirio y se le citó para consulta al día siguiente.

Después de remitirle a tres hospitales diferentes y de 24 horas de traslados de un lugar a otro, ya tenía desarrollada una fuerte infección, que le obligó a permanecer 36 días ingresado en la Clínica Fraternidad de Madrid. Allí fue sometido a tratamiento antibiótico en el ojo y medicación local con colirios y pomadas.

Posteriormente recibió el alta médica con el ojo perdido y el cuerpo metálico alojado todavía en su interior. En la actualidad sufre dolor ocular y tiene el ojo rojo e irritado, así como el párpado caído, sin posibilidades de recuperación visual.

La sentencia incrementa la indemnización establecida por un juzgado de Burgos, al entender que los daños sufridos por el paciente son mayores que los reconocidos por esa instancia judicial.