Sáenz de Santamaría respondía así a Rodríguez, que le preguntó en la sesión de control del Congreso si hay algún miembro del Gobierno “dispuesto a dar la cara” y comparecer en sede parlamentaria para explicar el contenido de la reforma de la Ley del Aborto.

La número dos del Ejecutivo recordó que el texto está en fase de tramitación y pendiente del informe preceptivo de los órganos consultivos, antes de ser remitido al Parlamento, que es cuando a la oposición “le corresponde hacer su trabajo”.

La portavoz socialista recordó al Gobierno que medios de comunicación de países democráticos aseguran que el proyecto “restringe la libertad”, es “un abuso de poder” y suprime “el aborto seguro”.

Eso hace que este texto sólo lo defienda “su autor material, el señor Gallardón; su autor intelectual, el señor Rajoy, y su vocero internacional, el señor Le Penn”, y en ese Gobierno, dijo a la vicepresidenta, “está usted comodísima”.

Rodriguez pidió al Gobierno imaginar “una mujer en el siglo XXI, presidenta de una gran empresa internacional, de un gran banco, de un hospital, vicepresidenta de un Gobierno que tiene que tomar decisiones todos los días que afectan a millones de ciudadanos, pero que cuanto tenga que tomar una decisión que afecta a su vida, a su maternidad, no puede”.

Reprochó al PP que su texto haga pasar a la mujer que pretenda abortar por toda una “humillación” antes de conseguirlo. “¿En qué mujeres estaban pensando? Seguro que éstas, que tienen medios, no”. “Estaban pensando en las otras, en las que no tienen dinero y ustedes las humillan, restringen su libertad y si quieren escapar de todo esto, tienen que arriesgar su salud en la clandestinidad de los abortos”, afirmó.

Soraya Rodríguez dijo a la vicepresidenta que “a fuerza de permanecer muda, ya no sé si no tiene posición política o no tiene fuerza para defender sus posiciones en el Consejo de Ministros”.

La vicepresidenta acusó al PSOE de ejercer un “dogmatismo político” que les lleva a ejercer la “oposición de la derogación", rechazando cualquier proyecto del Gobierno y anunciando su anulación antes incluso de conocer el texto definitivo de las leyes.

Sáenz de Santamaría acusó al PSOE de erigirse en representante de todos los ciudadanos y de todas las mujeres sin justificación alguna, y le aseguró que son muchos los españoles que no coinciden con sus opiniones.

“La diferencia entre usted y yo, es que yo no denigro sus posiciones, mientras que usted insulta a los que no comparten la suya”, le dijo la vicepresidenta antes de reclamar “consenso” sobre esta ley.