Ante el Comité Federal del PSOE, reiteró que los defensores de la España autonómica deben hacer frente al “frentismo” y no ven otra alternativa que “abrir las normas de convivencia” para adaptarlas a la realidad vigente mediante el diálogo y con consenso.

“No hay más remedio”, afirmó, que “completar” ese Estado autonómico introduciendo en la Constitución las señas de identidad de los territorios, definiendo las competencias, clarificando las reglas de la financiación autónoma, regulando mecanismos de lealtad, dotando al Senado de un verdadero carácter territorial, y garantizando la igualdad de todos los ciudadanos. Ahí, aseguró, “reside la solución de nuestras tensiones territoriales”.

Aseguró que los socialistas “acertamos” en la advertencia meses atrás de que el conflicto, sobre todo en Cataluña, se iría “envenenando”, y se considera por ello legitimado para “recordar” a unos y a otros lo que cree que deben hacer o incluso lo que están “haciendo mal”.

Denunció que Mas está llevando a Cataluña a un “callejón sin salida” y Rajoy mantiene su tesis de “mirar a otro lado”. En este asunto, a diferencia de la política económica, advirtió al presidente del Gobierno, “no hay un Dragui que le saque las castañas del fuego” y el problema “tiene que abordarlo él”.

Es posible, dijo, que a Rajoy y a Mas “les interese la guerra a banderazos” en la que están inmersos, pero a Cataluña y a España “no”, y por eso los socialistas persistirán en la defensa de una alternativa basada en la necesidad de “hablar para seguir viviendo juntos”.

Considera una “anomalía” que el debate llene medios de comunicación y preocupe a los ciudadanos mientras el Congreso de los Diputados “parece que no entiende”, y reclamarán por ello insistentemente que sea el ámbito de diálogo entre los partidos políticos.

“Ignorar la necesidad de cambiar la Constitución”, alertó a Rajoy y al PP, supone, precisamente, “certificar su obsolescencia”, y nadie puede ser “tan insensato” como para ver grietas en el edificio y optar por no hacer nada o por “dinamitarlo”.

Si hace 35 años personas procedentes de mundos tan antagónicos como el régimen franquista y la clandestinidad fueron capaces de acordar unas reglas de convivencia, aseguró, nada puede hacer pensar que ahora no se consiga revisarlas, y por ello el PSOE, “con vosotros, con el PSC”, seguirá defendiendo esa posición.