Según el europarlamentario, la nueva ley es “innecesaria, inoportuna, machista, clasista, retrógrada, anacrónica, improcedente e impropia de los tiempos que vivimos”.

Supone, además, una “contrarreforma” de la Ley de Derechos Sexuales y Reproductivos y de Interrupción Voluntaria del Embarazo, que supone un auténtico “desprecio a los derechos de las mujeres con una fuerte carga ultraconservadora” que la convierte en “una imposición de corte machista”.

A su entender, la limitación del aborto a dos supuestos, el riesgo grave de la vida o la salud física o psíquica de la mujer y el de embarazo consecuencia de un delito de violación, “sitúa el marco legal de España lejos de los tratados internacionales, las resoluciones europeas y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud en materia de derechos sexuales y reproductivos”.

Finalmente, insistió en que la `ley Gallardón´ concibe a las mujeres como “sujetos sin derechos que hay que tutelar” y donde su voluntad queda relegada por una supuesta defensa de los “derechos del concebido”.

“Este fundamentalismo misógino nos vuelve a los tiempos donde el aborto era privilegio de las clases altas ejerciendo así la discriminación por razones económicas que abocará las mujeres a abortos clandestinos aumentando el riesgo sobre la vida y la salud de las mujeres”, concluyó.