Estas prestaciones, cuya cuantía en 1996 ascendió a 4.297 millones de pesetas, son similares a las pensiones no contributivas que se conceden en España a los ciudadanos que, sin haber cotizado a la Seguridad Social, llegan a la edad de jubilción con unos ingresos inferiores a un mínimo de subsistencia.

Además, los emigrantes gallegos en el extranjero, unos 230.000, y sus descendientes contarán a partir de ahora con más programas de atención y asistencia gracias a un convenio que el próximo martes suscribirán el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Javier Arenas, y el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga.

La mayor parte de esos 230.000 gallegos que residen en el extranjero proceden de La Coruña, seguidos por originariosde las otras tres provincias gallegas.