Así lo manifestó el director ejecutivo de la organización, Anthony Lake, quien además declaró que, tras visitar Filipinas, se encuentra profundamente impresionado por el espírirtu de las personas y las comunidades que trabajan con el Gobierno, las Naciones Unidas y otros aliados para reconstruir sus vidas y su futuro.

El tifón interrumpió la vida de casi seis millones niños y destruyó las viviendas de 1,4 millones de filipinos y hoy, un mes después de la tragedia, se han reabierto algunas escuelas y los directores y educadores ya están trabajando para ayudar a los menores a retomar las clases, incluso sin libros ni aulas, indicó el director de la ONG.

En este sentido, dijo que en todas las islas de Filipinas, las comunidades están trabajando para limpiar las escuelas y destacó que se han montado 193 tiendas de campaña para ser utilizadas como escuelas con capacidad para cerca de 20.000 estudiantes, porque a juicio de Unicef los menores necesitan apoyo y retomar su educación para superar el trauma del tifón y lograr la recuperación de sus vidas.

Asimismo, Lake destacó que Unicef está distribuyendo tiendas para madres y bebés con personal voluntario formado en apoyo psicosocial para ayudar a los niños a superar el dolor provocado por las vivencias que han sufrido y está trabajando estrechamente con maestros y administradores para apoyar los desafíos que representa trabajar con menores que han sufrido grandes pérdidas.

En relación a la visita que Lake realizó a las zonas devastadas por la catástrofe, el director ejecutivo dijo que “he venido aquí no sólo para ver los avances en persona, sino también para dar las gracias a nuestro personal de Unicef, que ha estado aquí desde el principio y continuará apoyando el trabajo de reconstrucción a largo plazo”.

Además, Lake recordó que Unicef, cuando se enteró de lo sucedido, movilizó a expertos de todo el mundo para apoyar el trabajo humanitario en el país, incrementando el personal sobre el terreno afectado, y agregó que la organización ayudó a restaurar el agua en la ciudad de Tacloban ocho días después de que el tifón la golpeará. “Tenemos como objetivo contribuir a reestablecer el agua potable en más de 60 comunidades”, comentó.