Según informó el Instituto Armado, las investigaciones se iniciaron tras tener conocimiento de que un grupo de personas de nacionalidad rumana, residentes en la localidad de Lucena (Córdoba), podrían ser los autores materiales de diversos robos cometidos en establecimientos de Andalucía dedicados a la venta de tabaco.

La organización disponía de gran movilidad geográfica y adoptaba importantes medidas de seguridad para evitar posibles vigilancias de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, dificultando su seguimiento y localización. Los robos eran cometidos en estancos y otros establecimientos públicos ubicados en pequeñas poblaciones alejadas de sus lugares de residencia.

Los asaltantes, tras haber estudiado las vías de acceso y salida de la localidad, la tarde-noche anterior al robo se adentraban en caminos rurales de la población elegida, esperando en ese lugar hasta altas horas de la madrugada, momento en el que a pie se dirigían al pueblo para cometer el robo.

Una vez en el establecimiento accedían al interior del local, provistos de pasamontañas, gatos hidráulicos, palanquetas e inhibidores de frecuencia para neutralizar las alarmas.

Durante el robo y para reducir el tiempo de permanencia en el interior del local, los autores colocaban fundas de colchones cerca de las estanterías expositoras del tabaco, en las que cargaban toda la mercancía. Si durante el robo eran sorprendidos por algún vecino, mostraban gran agresividad, amenazándole de muerte e intimidándole con objetos contundentes.

La organización daba salida al tabaco robado a través de dos personas de nacionalidad española que se encargaban de introducir el género en establecimientos comerciales que regentaban.

Los agentes detuvieron a los integrantes de la red cuando regresaban a sus domicilios, situados en las localidades cordobesas de Lucena y Moriles, tras haber robado en un estanco de la población de Almedinilla (Córdoba). Asimismo, detuvieron a las personas que aguardaban la recepción del tabaco sustraído, y se intervino el botín del robo. Durante la práctica de tres registros domiciliarios en las localidades cordobesas de Lucena y Moriles los agentes se incautaron de material utilizado en los robos y diversa documentación relacionada con los hechos investigados.