Según informó la Policía, la arrestada, de 58 años de edad y nacionalidad española, incluso utilizaba la parte superior de uno de los talleres para alquilar habitaciones a sus trabajadores, más de más de la mitad de los cuales no tenían contrato de trabajo.

Las investigaciones comenzaron hace dos meses, cuando se tuvo conocimiento de la existencia de dos talleres ubicados en garajes sin los permisos necesarios.

Se combrobó la entrada y salida de los talleres de numerosas personas de origen marroquí y rumano, y también ciudadanos chinos que apenas salían a la calle. Tras comunicar los hechos a la Inspección de Trabajo de Madrid, se estableció el operativo policial para llevar a cabo la entrada en los dos talleres.

Los agentes hallaron trabajando a 44 personas en pésimas condiciones, rodeadas de máquinas de coser, centros de planchado y cantidades ingentes de telas preparadas y cortadas para su confección. Sólo 17 estaban contratados y dados de alta en la Seguridad Social. Por ello, se ha imputado a la propietaria un delito contra los derechos de los trabajadores, agravado por el nuevo Código Penal, que acarrea multas de hasta 150.000 euros.