Expertos insisten en que el destino de las personas con discapacidad debe ser el empleo ordinario
- Según las conclusiones del XI Congreso Nacional de Empleo con Apoyo
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Expertos reunidos en el XI Congreso Nacional de Empleo con Apoyo, que se ha celebrado esta semana en Madrid, destacaron la necesidad de un nuevo modelo de inserción laboral para las personas con discapacidad, centrado en la autonomía personal y que fomente que el colectivo se integre en el empleo ordinario, así como legislar en integración, que los centros educativos programen adecuadamente la transición al mundo laboral y contemplar los Centros Especiales de Empleo como un medio de transición.
El XI Congreso Nacional de Empleo con Apoyo ha sido organizado por la Fundación Síndrome de Down de Madrid, la Universidad Comillas y la Asociación Española de Empleo con Apoyo (AESE).
La directora general de Feacem, Pepa Torres, se refirió a la necesidad de un nuevo modelo de empleo, en el que tanto los servicios de intermediación laboral como las agencias de colocación promuevan el empleo ordinario entre el colectivo de personas con discapacidad.
El modelo incluido en la Lismi está agotado, desde su punto de vista, porque no ha conseguido equiparar las tasas de colocación entre la población con discapacidad y la población sin discapacidad. De 2008 a 2012, explicó, se produjo un incremento del 99% de personas con discapacidad paradas.
Además, subrayó que existen unas tasas de inactividad muy altas entre el colectivo, con una diferencia de 40 puntos con la población sin discapacidad.
EMPLEO ORDINARIO
“Hace falta un nuevo modelo que supere la Lismi para que las personas con discapacidad tengan el derecho de ganarse la vida mediante la elección de un trabajo en un mercado abierto e inclusivo”, dijo. Es necesario, desde su punto de vista, un modelo flexible centrado en la promoción de la autonomía personal, con un enfoque basado en la persona y en el ciclo de vida y que cuente con un sistema de financiación sostenible y estable.
Borja Jordán, miembro del Inico y profesor asociado de la Universidad de Salamanca, explicó que más de un 70% de las personas con discapacidad intelectual están en servicios de empleo protegido y para que esto cambie apostó por aumentar la autodeterminación de las personas con discapacidad, financiar a las personas y no a los proveedores de servicios, así como expandir la relación con las empresas. “El objetivo tiene que ser el empleo ordinario y allí debe ir el dinero”, aseveró.
Así, consideró que el Empleo con Apoyo (ECA) “es una gran contribución al mundo de la discapacidad”, aunque “sigue siendo un recurso marginal”, predominando las iniciativas segregadas. Para fomentar el ECA se requiere liderazgo, legislar en integración, apoyos continuados, así como que desde los centros educativos se programe adecuadamente la transición hacia el mundo laboral.
Es necesario asumir que “las personas con discapacidad tienen que llegar al empleo ordinario como destino”, dijo, y apostó por contemplar los Centros Especiales de Empleo (CEE) como un medio de transición. En esta línea, aseguró que “no hay evidencias de que el empleo protegido prepare para el ordinario”, de modo que “pasar por un CEE te lleva a estancarte”. “El ECA cuesta menos y es más efectivo que las iniciativas segregadas”, puntualizó.
EMPLEO CON APOYO EN OTROS PAÍSES
También se abordó la situación del ECA a nivel internacional. Bertil Johansson, vicepresidente de la Asociación Europea de Empleo con Apoyo (EUSE), explicó el funcionamiento del Servicio Regional Sueco y subrayó que en el proceso de búsqueda de trabajo es importante contar con el apoyo de las familias y trabajar conjuntamente con ellas.
En Suecia, destacó Johansson, los municipios de todo el país cuentan con iniciativas de Empleo con Apoyo, “un sistema muy valorado en los países nórdicos”. Así, aseguró que “cada vez menos personas con discapacidad trabajan en empleos protegidos”.
Sin embargo, apostó por que las empresas públicas contraten a más personas con discapacidad, ya que en Suecia casi siempre es el sector privado el que contrata. También aseguró que la persona debe participar más en el proceso de planificación y en la toma de decisiones y se deben destinar más fondos públicos a empresas que presten servicios de Empleo con Apoyo.
Según explicó, la tasa de paro de personas con discapacidad supone en torno a un 20% y de cerca de 60% en personas con discapacidad psíquica. Además, subrayó que en Suecia la integración laboral no se funciona mediante el sistema de cupos, sino a través de un subsidio salarial, durante un máximo de cuatro años y una cuantía de 1.855 euros.
Desde Argentina, María Mendía, directora del Área de Formación e Inserción Laboral de la Fundación DISCAR, explicó la metodología del proyecto de réplica del modelo del ECA en la cadena de restaurantes McDonalds de Latinoamérica en Buenos Aires, Santiago de Chile y Brasil.
Tras esta experiencia, Mendía señaló que lo importante es concienciar y se mostró escéptica con la ley de cuotas. Así, destacó el “alto impacto social” del Empleo con Apoyo, ya que supone “una valoración distinta del trabajo, apertura mental, caída de las barreras ideológicas y prejuicios”, así como que “la sociedad valore la diversidad y se pueda incidir en las políticas públicas”.
En Latinoamérica, en el ámbito del Empleo con Apoyo es necesario, en su opinión, más formación, legislación y apoyo económico.
Asimismo, los ponentes lanzaron propuestas de cara a fomentar como el establecimiento de un contrato laboral específico de Empleo con Apoyo. Así, Ferrán Bellver, presidente de la Fundación Emplea, aseguró que esta modalidad de contrato actuaría como “rampa que generalizaría el derecho al empleo”.
PRESENCIA DEL SECTOR EMPRESARIAL
También la visión desde el mundo de la empresa estuvo presente en el Congreso. Beatriz Morilla, de Barclays, aseguró que “el ECA no es innovador pero es básico y funciona” y señaló que “lo que hay que hacer es normalizarlo”. Así, dejó claro que los empresarios “son parte de la solución” y que la inserción laboral se debe centrar en “la rentabilidad a la hora de descubrir talento”.
Por parte de Repsol, Marisol Pérez destacó que es la gestión del talento y la aportación de valor “lo que tiene que mover a la inserción laboral” y apostó para ello por planificar y anticiparse a través de liderazgo, el trabajo en equipo, así como la innovación social y la eficacia.
Además, entre otros proyectos se presentó el programa ‘Juntos somos capaces’ de inserción laboral que lleva a cabo Fundación Mapfre; la iniciativa ‘Incorpora’ de 'la Caixa'; el proyecto Demos de formación para el empleo e inclusión universitaria para jóvenes con discapacidad intelectual, puesto en marcha por la Universidad Pontificia de Comillas y la Fundación Síndrome de Down de Madrid, y el proyecto ‘Campus’ de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce. Asimismo, desde la Comunidad de Madrid se presentó el proyecto del Servicio de Provisión de Apoyos para la Inserción Socio-Laboral de Personas con Discapacidad Intelectual (Serpais) en el noroeste de la región a través de la Fundación Síndrome de Down, que dirige el Centro Tres Olivos.
En el ámbito de las nuevas tecnologías, también se abordaron diversos proyectos, como una iniciativa piloto de Fundación ONCE sobre Empleo con Apoyo sobre tableta; el proyecto Dedos de Down Madrid; o E-labora de Fundación Aprocor y Fundación Vodafone.
GRUPO DE AUTOGESTORES
El congreso finalizó con las conclusiones aportadas por el Grupo de Autogestores, organizado por Down Madrid y formado por personas con discapacidad intelectual que se organizan para defender sus derechos.
Así, David, de Down Madrid, explicó que tras la reunión del grupo todos los asistentes consideraron que necesitan apoyo para buscar trabajo, se sienten discriminados laboralmente y tienen problemas en aprendizaje y para vivir solos.
Asimismo, todos coincidieron en que la autogestión es ser autónomos, conocer sus límites y ser escuchados, así como que el Empleo con Apoyo es su forma “natural” de trabajar, a través del establecimiento de pautas, aunque, puntualizaron, a veces se sienten sobre protegidos.
Para todos, sus objetivos en el futuro son “conseguir y mantener el trabajo, tener dinero, ser independientes y disminuir la sobreprotección”, así como que se respeten sus derechos y “tener los mismos derechos y obligaciones que los demás”.
(SERVIMEDIA)
29 Nov 2013
CDM/caa