Así lo explicó Galán a Servimedia en respuesta al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que había asegurado que la concertina es un elemento disuasorio de la inmigración y que sólo provoca heridas superficiales.

Galán aseguró que el personal sanitario que ha atendido a inmigrantes y refugiados que han tratado de saltar las vallas con esas concertinas “cuenta que todavía se están recuperando psicológicamente de lo que vieron”.

De hecho, la secretaria general de CEAR habla de “desgarros de espaldas enteras, desgarros de glúteos, manos destrozadas, magulladuras que no son simples arañazos, y destrucción de órganos enteros que, en principio, incluso, son irrecuperables”. “Por lo tanto nos parece que considerar el daño que puedan hacer las concertinas como un mal menor es del todo irresponsable”, protestó.

Galán también se quejó de que el Gobierno use “eufemismos” para abordar este tema: “Hablar de las concertinas como elementos de disuasión pasiva y como un mal menor es de una gravedad intolerable”.

Ante la “insensibilidad” del Ejecutivo de Rajoy sobre el asunto, CEAR hace un llamamiento a Europa “para que tome medidas en relación a esta violación de los derechos humanos tan grave, tan preocupante y tan alarmante para una sociedad que legalmente tiene que defender los derechos humanos”.

Desde la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, según comentó su secretaria general a Servimedia, son optimistas sobre la posibilidad de que Europa actúe “en el plazo más breve posible”, pues la colocación de cuchillas en el vallado fronterizo es contraria a la Constitución española y a la Convención Europea de Derechos Humanos.