En un coloquio en el Club Siglo XXI, respondió así al ser preguntado por si se da por aludido con los mensajes de renovación en el Congreso Extraordinario del PSOE de Andalucía en el que eligieron a Susana Díaz como secretaria general del partido en esa federación.

Reiteró que la decisión “políticamente relevante” en el PSOE es la de “desposeernos” de la elección del candidato para dejarla en manos de todos los ciudadanos que quieran participar, y a partir de ahí será en ese proceso en el que se resolverá si hay renovación generacional o no.

Rubalcaba obvió, en esa reflexión, que esa renovación sería, en todo caso, en la candidatura a la Presidencia del Gobierno, no necesariamente en la Secretaría General del PSOE, donde él ha reiterado en varias ocasiones su intención de agotar el mandato que le otorgó el último Congreso Federal.

Sobre si se presentará a las primarias reiteró que lo desvelará “cuando llegue el momento” y reconoció además que era especialmente “lacónico” en la respuesta porque es muy reiterada en las ruedas de prensa.

Fue José Antonio Griñán uno de los que más hicapié hizo en esa renovación general en su intervención ante el Congreso de los socialistas andaluces, pero Rubalcaba se remitió a la aclaración que el propio Griñán hizo después en las que aseguró que no se refería al secretario general del PSOE cuando denunció el “tapón” generacional.

Se mostró comprensivo con el hecho de que dirigentes políticos se mustren “preocupados” por la irrupción de Susana Díaz, pero aseguró que los socialistas están, todos, “encantados” porque Andalucía no es “una comunidad cualquiera” para ellos.

Es la más fuerte para el PSOE, “la que muchas veces ha tirado cuando nos ha ido mal” y, por tanto, que el relevo del partido allí “se haga como se ha hecho, lo que hace es tranquilizarme y alegrarme”.

Aunque a veces la política es “como vasos comunicantes”, aseguró que está “encantado” con Susana Díaz, a la que definió como “capaz, lista, honesta, tenaz”. “Va a ser una gran presidenta de la Junta de Andalucía”.

En su intervención, reiteró que el PSOE ha hecho una oposición “reconocible”, propia de un partido “de izquierdas, socialdemócrata”, que ha gobernado y que aspira a volver a hacerlo.

Preguntado sobre ello, aseguró que no ha leido el libro de Pedro Solbes y que, en todo caso, en la época en la que coincidió con él en el Gobierno se dedicaba como ministro del Interior a “acabar con ETA, solo, a luchar contra la criminalidad y a bajar los muertos de tráfico”.

Al presentar a Rubalcaba, Eduardo Zaplana se refirió a él como “el político, probablemente, de mayor experiencia del arco parlamentario” y autor de “la única reforma educativa de fondo en nuestra democracia”.

Le elogió porque “siempre ha dado la cara”, también en momentos en los que la política no puede ser solo “estar en el balcón en el momento de la gloria”.

Recordó la época que compartieron en el Congreso de los Diputados por la “dificultad de discutir con un excelente parlamentario” pero también por la posibilidad de llegar a acuerdos con “una persona discreta y siempre cumplidora de la palabra dada”.

En época de “liderazgos improvisados”, Zaplana juzgó “imprescindible” contar con políticos con un “bagaje indiscutible” y no solo con quienes preenden “comenzar la historia desde cero” y prefieren “derribar los gigantes” en vez de subirse a sus hombros.