Así lo interpretó Torres en declaraciones a Servimedia, en las que también afirmó que la decisión del Ayuntamiento de encomendar los trabajos equivalentes a los servicios mínimos a la empresa pública Tragsa supone "un llamamiento a la violencia".

Según dijo, la amenaza del Consistorio pretende enfrentar a los trabajadores de Tragsa con los de las empresas concesionarias de la limpieza viaria en Madrid, cuando los primeros también están sometidos a un expediente de regulación de empleo. "No tienen trabajdores y les mandan de esqauiroles a una huelga que no es la suya", enfatizó.

El representante de UGT pronosticó que en 48 horas, el plazo dado por el Ayuntamiento para que las partes en litigio lleguen a un acuerdo, "no pasará nada", porque para ello haría falta que las empresas "cambien radicalmente su postura"; si no, "no es posible ni en 48 horas ni en más".

Y Tragsa no podrá intervenir si Madrid Salud no emite una alerta sanitaria, algo que UGT vigilará que no se haga de forma fraudulenta y a instancias de la alcaldesa.

Para Moisés, lo que ha hecho Ana Botella es "más un paripé que otra cosa", destinado a acallar a los miembros del PP que, dijo, ya empezaban a acusarla de estar "desaparecida" como en otras crisis municipales. Finalmente, el sindicalista se mostró convencido de que en el Ayuntamiento se sabía desde el principio que con el dinero que ponía era imposible mantener el empleo en las empresas concesionarias de los servicios de limpieza. "Eso de que se ha enterado ahora no se lo cree nadie", sentenció, sin entrar a interpretar por qué dichas empresas han admitido ahora que el Consistorio desconocía que se iban a realizar los ERE.