Este movimiento humanitario señaló que se han registrado daños generalizados en nueve regiones de Filipinas y que, mientras las autoridades trabajan para contar el número exacto de víctimas, se presume que hay miles de personas muertas o desaparecidas.

El presidente de la Cruz Roja de Filipinas, Richard Gordon, afirmó que este desastre natural ha dejado “una escena de devastación total” y que “muchas personas han perdido sus hogares y están en una necesidades desesperada de alimentos, refugio y agua”. “Habrá un largo camino hacia la recuperación”, añadió.

Del montante total solicitado, la Federación Internacional de Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) necesita 72 millones de francos suizos (unos 58,4 millones de euros) para socorrer a unas 100.000 familias con alimentos, agua potable, vivienda y otros bienes esenciales para un periodo de 18 meses.

El director de la FICR para Asia-Pacífico, Jagan Chapagain, subrayó que “la ayuda debe llegar a los necesitados tan pronto como sea posible”. “La ventaja de la Cruz Roja de Filipinas es nuestra amplia red sobre el terreno, junto con un fuerte apoyo mundial de todos los asociados del Movimiento, lo que nos permite llegar a las comunidades más remotas rápidamente".

Por su parte, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) pidió 15 millones de francos suizos (unos 12,2 millones de euros) para las zonas afectadas por el conflicto armado en Filipinas. “La isla de Samar ha sufrido una destrucción inimaginable y será el foco principal de nuestra respuesta inicial”, dijo Alain Aeschlimann, jefe de Operaciones del CICR para la región.

"Esto incluye la entrega de ayuda esencial, como alimentos, agua, refugio y atención médica básica . También vamos a ayudar que los miembros de familias separadas contacten entre sí y a trabajar con las autoridades para ofrecer condiciones razonables para los detenidos", apostilló.

En los últimos meses, la Cruz Roja de Filipinas ha respondido a múltiples emergencias, incluyendo tifones e inundaciones, y más recientemente el terremoto de magnitud 7,2 que sacudió Bohol. "Éste es uno de los peores desastres en uno de los países más propensos a los desastres en el mundo. El reloj está corriendo para salvar tantas vidas como sea posible", recalcó Gordon.