Los problemas a los cuales se enfrenta esta especie en Mallorca y su catalogación como vulnerable han propiciado que la Consejería de Medio ambiente haya puesto en marcha un plan específico de conservación para la tortuga mora, que tiene como objetivo general que se recupere el área de distribución y de ocupación histórica de la especie en las Islas Baleares, asegurando su viabilidad demográfica a largo plazo.

Este plan prevé, entre otras medidas, la mejora de las instalaciones del Centro de Recuperación del Cofib, ofreciendo a las pequeñas tortugas recién nacidas -con un caparazón que tan sólo tiene unos 25 milímetros y unos 10 gramos de peso- un ambiente adecuado para su desarrollo durante el primer año de vida, minimizando así la alta mortalidad que sufren.

Estos animales son entregados por los núcleos de cría autorizados por la Consejería de Medio ambiente. En estos momentos se mantienen ya en las nuevas instalaciones unos 130 individuos, de los cuales se espera incorporar la mayoría a las poblaciones naturales de las Islas Baleares durante los próximos años para contribuir a la conservación de la especie.