Montoro respondía así a Dïez quien colocó el desafío soberanista del Gobierno catalán entre los principales problemas de España y acusó al Ejecutivo de Mariano Rajoy de “cobardía” a la hora de rebatir las “mentiras” del nacionalismo.

El ministro incidió en la necesidad de abordar con “firmeza y serenidad” un problema que no debe sobredimensionarse, porque lo que en realidad debe preocupar a los gobiernos catalán y central es la salida de la crisis. “No hay solución fuera de España”, remachó el titular de Hacienda.

Díez encontró que los populares son “unos irresponsables y unos frívolos” por no dar la importancia que merece a lo que consideró un verdadero “golpe de estado, no sangriento, pero igual de violentador del orden constitucional”.

“Lo que pretenden los nacionalistas catalanes es cambiar la estructura del Estado al margen de todos los españoles”, dijo, “ante el silencio y la falta de liderazgo del Gobierno” y la “ambigüedad de la oposición”.

Frente a esta imagan alarmante de la situación, Montoro abogó por afrontar la situación con “toda tranquilidad” porque hay un Gobierno garante del cumplimiento de la Constitución. “Pueden decidir lo que sea, pero la Constitución se va a cumplir, tenga la absoluta seguridad, y quien no quiera cumplirla tiene que traer aquí el cambio” de la Carta Magna.

Montoro dió un paso más al asegurar que esas posibles propuestas de cambio “no van a prosperar” y para ilustar esta convicción recodó que “el Plan Ibarretxe tardó tres años en llegar a esta Cámara y se rechazó. ¿Hubo referendum? No, y eso es lo que va a pasar aquí”.