Según dijo Wert durante una entrevista en Telecinco recogida por Servimedia, su malestar se debe a que esta valoración indica que “en el fondo no debemos estar comunicando bien las cosas que hacemos”.

“En un grupo humano de 13 personas siempre tiene que haber uno que sea el primero y otro que sea el último”, añadió, pero “algo habré tenido que ver, y no excluyo que sean mis numerosos defectos, para ocupar esta posición”.

Ahora bien, prosiguió, “en una cartera como la que ostento, uno puede optar por privilegiar su imagen personal y no hacer nada o por pensar que si está en un gobierno es para hacer algo y no para ponerse en segundo plano”.

“No me arrepiento en absoluto (de haber aceptado el cargo de ministro), pero no soy un profesional de la política”, sino que “acepté el cargo” por considerarlo una forma de “devolver a la sociedad parte de lo que me ha dado”, indicó. Reiteró que no piensa hacer carrera en política, aunque no especificó cuándo tiene previsto abandonar el cargo.

En cuanto al proyecto de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (lomce) que acaba de aprobar el Congreso, Wert lamentó el acuerdo alcanzado entre casi todas las fuerzas de la oposición para derogar la futura ley en cuanto cambie el Gobierno, algo que consideró “absurdo”, ya que si se echa abajo una ley sin otra que aplicar, “no se sabría ni qué debe enseñarse en los colegios e institutos”.

Criticó la falta de propuestas constructivas durante el debate de dicho proyecto de ley y se preguntó si con este rechazo frontal lo que propone la oposición es que “las cosas se queden como están”. "Tenemos un abandono escolar del 25% y una tasa de repetición a los 15 años del 40%”, apuntó Wert.

Según indicó, esta es la tasa de idoneidad más baja de la UE, y en la Educación Obligatoria cuesta cada curso 24.000 millones de euros. Por eso, y por los demás resultados que arrojan las pruebas internacionales, consideró necesaria la reforma.