Desde el pasado 1 de octubre hasta 18 de octubre (‘Quincena de la Pobreza’), diferentes colectivos sociales han organizado actividades como charlas, proyecciones y acciones de sensibilización, con el objetivo de concienciar sobre las causas de la situación actual y de proponer alternativas que mejoren la situación de las personas, tanto en la sociedad española como en otros países.

El Cormin se une a las denuncias de que la actual crisis global esta “generada por un sistema que antepone el enriquecimiento de una pequeña parte de la población a costa del empobrecimiento de la mayoría y la destrucción del planeta, generando nuevas expresiones de pobreza y exclusión en sectores cada vez más amplios, en nuestra sociedad y en el mundo”.

Asimismo, considera que la lucha contra esta acumulación de la riqueza económica “es urgente”. Según indican los convocantes, la lógica de la producción, de la especulación, de la acumulación de la propiedad privada, del crecimiento ilimitado y del consumo no es compatible "con un modelo de vida justo, sostenible y democrático”.

También denuncian que los gobiernos han priorizado gastar miles de millones en rescatar a las entidades financieras sin pedir nada a cambio, mientras que “continúan con las políticas de ajuste y recorte social, aniquilando los derechos conseguidos tras años de lucha, privatizando los servicios sociales públicos, aplicando políticas fiscales que favorecen a las rentas más altas y de capital, dejando el peso de la recaudación en las clases populares, sin atajar el fraude fiscal". “Esa no es la solución”, exclaman.

Según explican, el resultado de estas políticas de ajuste son un aumento del desempleo, la precariedad, la exclusión, la discriminación de las mujeres, el retorno de políticas autoritarias frente a la libre circulación de personas, o el olvido de los compromisos adquiridos contra la pobreza en los países empobrecidos y en nuestras sociedades.

“Los datos hablan por sí solos: un millón de personas se unieron a la población mundial de grandes fortunas en 2012, lo que supone un aumento del 9,2%. En Navarra, según el Instituto de Estadística de Navarra, la tasa de riesgo de pobreza afectaba en 2011 al 21% de la población navarra, o sea, a más de 130.000 personas”, manifiestan.

Por ello, reivindican un nuevo modelo “que transforme radicalmente muchas de las reglas del juego”; un modelo alternativo “que nos permita escapar de los mitos del crecimiento, del consumo, de la competitividad”. En este sentido, reclaman un sistema sostenible social y medioambiental, “que nos lleve a la felicidad y al bienestar”, es decir, “avanzar hacia nuevos modelos de vida que buscan el reparto equitativo de la riqueza, el respeto al medio ambiente, la equidad de género y una vida digna para todas las personas”.

“La persistencia de la pobreza y de las desigualdades no es justificable ni inevitable, es una cuestión de voluntad política”, señalan, por lo que plantean que todos los ciudadanos pueden reivindicar el fin de la pobreza y las desigualdades, a través de la denuncia, la movilización, la participación social o su vida cotidiana.