Así lo revela un estudio realizado mediante cuestionarios 'online' entre 762 personas por la Federación Estatal Felgtb y el colectivo Cogam de Madrid, publicado este viernes coincidiendo con el Día Internacional para Salir del Armario.

Según sus resultados, el ámbito educativo es el lugar donde más casos de discriminación se producen, con un 76% de jóvenes y adolescentes que aseguran haber padecido discriminación en sus colegios e institutos.

El 92% de estos abusos están protagonizados por estudiantes varones, y se da la circunstancia de que apenas el 16% de los alumnos afectados “denuncian o toman alguna medida para solucionar” dicha situación.

En cuanto al mundo laboral, un 31% del colectivo LGTB asegura haber sufrido discriminación en su puesto de trabajo a causa de su orientación sexual o de su identidad de género.

La mayoría de los casos fueron “bromas pesadas”, aunque también se sucedieron prácticas discriminatorias y casos de “auténtico acoso laboral”. Un 67% de los afectados “tomó alguna medida para poner fin a esta situación”, aunque solo el 30% de ellos obtuvo respuesta positiva. Además, todos constatan que “resulta extremadamente complicado demostrar que un acoso laboral se debe a la orientación sexual del trabajador”.

Otros ámbitos analizados en el estudio son la sanidad (con un 20% de quejas) y los locales de ocio, donde un 35% de los encuestados dijo haberse sentido discriminado.

Las lesbianas y los transexuales son los principales perjudicados por la discriminación en el ámbito sanitario, especialmente cuando acuden a los servicios de ginecología. Dentro del colectivo, “mujeres, transexuales y personas con VIH” resultan “doblemente vulnerables a la discriminación”, señala el documento.

SIGUE SIENDO DIFÍCIL

En rueda de prensa, la presidenta de la Felgtb, Boti García Rodrigo, declaró que estos datos ponen de manifiesto que “sigue siendo muy difícil salir del armario” y que “la visibilidad conlleva un riesgo de discriminación”.

García Rodrigo llamó la atención sobre los “alarmantes datos” de acoso en el sistema educativo, pues “muchos de estos adolescentes tampoco encuentran en casa la ayuda para emprender acciones legales y defenderse”.

Además, lamentó “la falta de denuncias”, lo que, a su juicio, es el resultado de “la ignorancia de los propios derechos y de la falta de confianza en las instituciones públicas”.

El hecho de que solo un 8% de los casos de discriminación laboral lleguen a los tribunales y uqe menos de un 2% se denuncien ante el Defensor del Pueblo así lo demuestran, a juicio de los autores.