“La mitad o más de los refugiados están en situación irregular, porque, por ejemplo, el Gobierno libanés, a partir del segundo mes de estancia en su país, les obliga a pagar unos 200 euros al mes”, según explicó el director de Acción Contra el Hambre en Líbano, Paolo Luprano.

Agregó que la comunidad internacional no puede exigir más a un Estado que ha visto cómo un conflicto en un país vecino ha ocasionado un empobrecimiento de toda la población, porque las escuelas se han saturado, los hospitales no pueden prestar ya los servicios que ofrecían anteriormente y el paro está aumentando de forma exponencial en los últimos meses.

Ante esta situación, el responsable de Acción Contra el Hambre en Oriente Próximo, Jean-Raphael Puitou, pidió a Naciones Unidas que articule un plan de acción a largo plazo, “puesto que se han hecho hasta el momento acciones puntuales cuando se produce una situación de emergencia, y así no se va a solucionar el problema”.

Esta coyuntura, vaticinó, no se solucionará en el momento en que acabe la guerra civil, sino que los daños humanitarios perdurarán en el tiempo, “pero no sólo en Siria, también en Líbano, puesto que hay días en que cruzan la frontera hasta 15.000 personas”.

LABOR DE ACCIÓN CONTRA EL HAMBRE

La ONG presta ayuda humanitaria en el valle de la Bekaa, donde se ocupa del saneamiento e higiene básicos de más de 30.000 desplazados sirios con la financiación de Unicef y del Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO). Acción contra el Hambre está trabajando también en el sur de Líbano, donde ha realizado, entre otras acciones, distribución de alimentos entre la población más vulnerable.

Acción contra el Hambre es una organización humanitaria internacional e independiente que combate la desnutrición infantil a la vez que garantiza agua y medios de vida seguros a las poblaciones más vulnerables. Interviene en más de 45 países apoyando a más de siete millones de personas. "Nuestra visión es un mundo sin desnutrición; nuestro primer objetivo, devolver la dignidad a quienes hoy viven amenazados por el hambre”, explicó la ONG, que además recordó que para llevar a cabo su labor necesitan de la ayuda de todas las personas e instituciones.

En cuanto al apoyo que presta el Ejecutivo español al trabajo de la organización en la zona, “hay que reconocer que ha disminuido por culpa de la crisis, pero sin su ayuda no podríamos desarrollar nuestro trabajo, porque por ejemplo la Embajada en Líbano de España vela por nuestra seguridad”, indicó Paolo Luprano.