El salón de plenos del Ayuntamiento de Tarazona ha acogido el acto de entrega del Premio Ciudad de Tarazona, que este año ha recaído en los medios de comunicación por “contribuir a la divulgación de la fiesta del Cipotegato”, según explicó la teniente de alcalde y concejal de Cultura, Julia Pascual.

“El día 27 de agosto de 2008 es una fecha que recordamos, sobre todo debido a la expectación que ustedes crearon, ya que nunca se habían congregado en la ciudad tantos medios de comunicación”, ha asegurado Julia Pascual. De hecho, gracias a los ‘impactos’ que hubo entonces, el Cipotegato consiguió un año después la catalogación de Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Todos los representantes de los medios de comunicación recogieron de manos del alcalde una placa con la fachada del Ayuntamiento de Tarazona. Por la Agencia de Noticias Servimedia lo recogió el redactor jefe de la Sección de Autonomías, Luis Miguel Belda, mientras que por el Grupo Aragón Digital lo hizo su director, Roberto García.

Después, Pepe Quílez, director de Aragón Televisión, hizo de portavoz de los premiados y afirmó que “difundir el Cipotegato no tiene ningún mérito, es sencillamente una obligación profesional derivada de la importancia que tiene tanto para la historia pasada y el presente de Tarazona”. “Es a través de los medios de comunicación cómo la historia, las noticias, los símbolos, las tradiciones compartidas se difunden y pueden llegar más allá de los sitios donde se producen”, añadió Quílez.

Por su parte, el alcalde de Tarazona, Luis María Beamonte, aseguró que “a nadie se le puede escapar que vuestra labor ha sido absolutamente fundamental, no sólo para nosotros como institución, sino para la ciudad en su conjunto”. Según el primer edil turiasonense, “esta fiesta representa algo más que una simple declaración”. Beamonte aprovechó su intervención para dar las gracias a los responsables de Turismo del Gobierno de Aragón, “también grandes valedores en esta misión”.

TRADICIÓN Y CULTURA

El "Cipotegato" es representado por un hombre vestido de arlequín que cruza la plaza del Ayuntamiento en tanto que los ciudadanos le arrojan tomates. La fiesta se inicia poco antes de su salida, con la celebración de una amigable batalla entre unos y otros, que desde lados distintos de la plaza se lanzan tomates de continuo.

En un momento dado, el "Cipotegato", al grito de "¡Cipote, Cipote!" por parte de la muchedumbre, salta a la plaza "escoltado" por un grupo de amigos que, sin éxito, tratan de protegerle de los tomatazos que le lanzan. Abandona la plaza y recorre el casco viejo de la ciudad zaragozana, por un trayecto que, salvo él y sus amigos, nadie conoce, y regresa a aquélla, donde vuelve a ser objetivo de los tomates, aunque, al mismo tiempo, es vitoreado y aplaudido por los participantes. Al final es llevado a hombros.

La fiesta fue declarada de Interés Turístico de Aragón en 1998 y Turístico Nacional en 2009. Su origen se remonta al siglo XVIII, como un personaje que perseguía a los niños, aunque es a mediados del siglo XX cuando se convierte en tradición el lanzamiento de tomates.

Otras versiones apuntan que su origen está en la medida de gracia que suponía soltar en la plaza a un preso de la antigua cárcel de la ciudad, con un palo y una cadena acabada en una bola, a quien se le garantizaba la libertad si lograba, en esas condiciones, escapar de la ciudad. Lo que desconocía el afortunado era que los habitantes del pueblo le esperaban con piedras en las manos, pero de esta versión no hay documento alguno. En cualquier caso, hoy se usan tomates.