El portavoz de la Aemet, Fermín Elizaga, indicó, no obstante, que en el centro peninsular las temperaturas medias en otoño podrían situarse entre uno y dos grados por debajo de lo habitual, mientras que en el resto del país no diferirán de los valores habituales.

Respecto al verano, explicó que concluye con un desvío al alza de las temperaturas de 0,8 grados centígrados. En el conjunto del año, desde enero, la Aemet cifra esta variación en 0,2.

Por zonas, la temperatura más alta se localizó el 18 de agosto en Extremadura, Córdoba, Jaén y Ciudad Real con más de 42 grados. Por contra, las mínimas se marcaron a primeros de julio en el País Vasco, con 2,7 grados positivos.

La causa de que el verano haya sido un poco más caluroso de lo que marcan los cánones habituales es la persistencia en el tiempo de las altas temperaturas, ya que, a diferencia del verano de 2012, las olas de calor no han sido las protagonistas. Únicamente se han registrado dos: una a principios de julio y otra a mediados de agosto.

En cuanto a las precipitaciones, el verano ha sido algo más seco de lo normal, si bien el año hídrico al completo está siendo un 24% más húmedo de lo que habitual, sobre todo gracias a las importantes lluvias de la primavera. La previsión es que 2013 concluya con un nivel de precipitaciones superior a lo común y, por tanto, que se mantenga este desvío, porque aunque no se espera que el otoño esté protagonizado por más lluvia de lo normal, tampoco se espera que sea seco.

Respecto al cambio climático, la Aemet señala que el calentamiento global está reduciendo su intensidad en los últimos años. “Eso sí, que se ralentice no significa que el proceso se haya detenido”, matiza el Área de Climatología del ente público.