En su opinión, “la Diada es la fiesta de Cataluña, la fiesta de todos los catalanes y a todos hay que felicitarles, piensen como piensen, y la celebren como la celebren”.

Rubalcaba quiso desear “un buen día” a todos los catalanes, “decidan celebrarlo como decidan celebrarlo” y que “lo pasen bien” para que “mañana todos podamos sentarnos a dialogar” porque “las cosas” entre Cataluña y el resto de España “van regular, por no decir mal”.

Y cuando los desencuentros son de ese calibre, dijo el líder socialista, “la fórmula” para superarlos “no es otra que la del diálogo, el diálogo y el diálogo”.

Rubalcaba insistió en defender su propuesta de reforma constitucional para diseñar un modelo federal de relaciones, que en ningún caso supondrá “abrir en canal” la Carta Magna, sino hacer una modificación “medida, limitada y consensuada”, que no sólo tenga en cuenta el problema de Cataluña sino otros problemas del sistema autonómico.

En esta línea, el secretario general socialista se felicitó de “unas declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores que me han resultado sugerentes” y en las que José Manuel García-Margallo reconocía que había que abordar reformas para permitir el encaje de Cataluña en España.