En declaraciones a Servimedia, Urra destacó que esta es la edad “a la que se puede trabajar, a la que se puede interrumpir un embarazo y en la que los menores tienen un grado importante de madurez”, con lo que “me parece una decisión muy adecuada”.

Ahora bien, prosiguió, el legislador debería especificar “cuál es la diferencia de años en la que se entiende que hay un abuso”.

“No es lo mismo que una niña de 15 años mantenga relaciones sexuales con un señor de 45 a que lo haga con un chico de 18”, dijo Urra a modo de ejemplo.

El objetivo de esta ley es perseguir los abusos por parte de la persona de más edad”, pero “si se queda en que todo lo que esté por debajo de los 16 es punible, podríamos tener muchos problemas”, manifestó.

En estos casos, la reforma tendría que permitir que “los psicólogos forenses de los juzgados valorasen” el posible abuso e introducir referencias a los intervalos de edad.

Con todo, Urra insistió en que elevar la edad de consentimiento sexual “a los 15 ó a los 16, me da igual” es “muy positivo”, y recordó sus esfuerzos en los 90 para conseguir que el mínimo legal pasase de los 12 a los 13 años.

Finalmente, subrayó el aspecto de “extraterritorialidad”” de las leyes, por el que el mismo límite debe regir “dentro y fuera de España”.

“Los niños no tienen fronteras, y los mismos derechos que los españoles poseen los niños de República Dominicana o Tailandia”, concluyó.