Pronostican que en 2025 la fusión entre humanos y robots será cotidiana y tendrá desigualdades económicas y sociales
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En poco más de una década los robots serán mucho más que herramientas que ayuden a los seres humanos en las tareas domésticas, en las cadenas de montaje o en el aparcamiento de un vehículo.
Estarán tan ligados que comenzará una hibridación entre ser humano y máquina, con las consiguientes desigualdades sociales, económicas y culturales que conllevará esta generalización masiva de la robótica, según revela Antonio López, catedrático de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
Lo hace en su último libro, 'La brecha robótica. ¿Una nueva frontera en el siglo XXI? ('The Robotics Divide. A New Frontier in the 21st Century'), editado por Springer, donde junto a expertos internacionales dibuja cómo será la sociedad en 2025, a través de tres ejes diferenciados que convergerán entre sí.
El primero de ellos se basa en el desarrollo de nuevos robots que permitirán alcanzar niveles de automatización cada vez más altos en sectores tradicionales como el automovilístico y en sectores clave como el de seguridad y defensa.
El segundo eje se refiere a una mayor hibridación de seres humanos y robots, que convivirán e interactuarán de forma cada vez más estrecha y en más áreas de actividad. En tercer lugar, será un hecho la incorporación de prótesis robotizadas en el cuerpo humano que, en línea con el eje anterior, dará lugar a una creciente fusión entre máquinas y personas.
"En el libro mostramos cómo, en los próximos 15 años, en numerosos ámbitos del sector industrial y del sector servicios se alcanzarán niveles de automatización superiores al 50%", explica López, quien añade que "imaginemos una comisaría, un hospital o un cuartel con el nivel de automatización de una planta de ensamblaje de automóviles".
El libro define qué es la brecha robótica, haciendo hincapié en sus principales dimensiones, con especial relevancia a la vertiente militar. "La nueva brecha robótica tiene que ver con el poder, con la economía y la competitividad entre países. Como ha ocurrido con otras tecnologías, la robótica la creamos y la implantamos en nuestras sociedades desiguales y es posible que refuerce dicha desigualdad", advierte el investigador.
Además, la obra analiza la emergencia de un alter ego, el robot, cada vez con más capacidades y más integrado en la vida cotidiana. Según los expertos, en 2025 se producirá una fusión entre seres humanos y máquinas y, además, se desarrollarán nuevos robots de compañía que serán tan humanos como los humanos.
"Quizás lo más íntimo dentro de unos años sea nuestro robot, y por íntimo me refiero a la convivencia tanto física como psicológica", prevé López. En su opinión, esta hibridación provocará que haya ganadores y perdedores, con personas que no puedan o no quieran adaptarse.
(SERVIMEDIA)
26 Ago 2013
JCV/pai