En declaraciones a Servimedia, Sánchez denunció que muchas veces estas modificaciones son “ínfimas, meramente de diseño y sin apenas tocar los contenidos”, puesto que su único objetivo “es evitar la reutilización”.

Pasado el período mínimo, las editoriales a veces se limitan a rediseñar la portada y tocar cuatro cosas en las primeras páginas”, apuntó, para dar la impresión de que el libro es totalmente nuevo y dificultar el intercambio entre hermanos, amigos y alumnos del mismo centro”.

“No existen protocolos de control adecuados contra estas prácticas”, criticó Sánchez, quien se preguntó qué sentido tiene cambiar cada cinco años un libro de Matemáticas.

Por ello, pidió al ministerio y a las comunidades autónomas “vigilar” esta política editorial que tanto, asegura la organización, encarece la vuelta al cole.