En opinión de Arístegui, el último incidente "no es una cuestión aislada. Es un problema que tiene su origen en el planteamiento del Gobierno socialista respecto a Gibraltar", que cambió "de forma imperceptible pero fundamental" la posición de España en el contencioso.

Para el portavoz popular, "en los últimos seis años, el Reino Unido ha ido aumentando milímetro a milímetro sus posiciones y pretensiones, de tal modo que, de no reconocer el derecho de autodeterminación a Gibraltar, que no está reconocido por la ONU ni mucho menos por el Tratado de Utrecht", ha pasado a contemplarlo.

Este reconocimiento sería, según Arístegui, "un perfecto disparate se mire como se mire, porque abre la puerta a ciertas cosas", y, aunque se haya "establecido el derecho de veto de España a cualquier modificación del estatus colonial, "la nueva Constitución gibraltareña no deja la menor duda".

En relación a la jurisdicción sobre las aguas, Arístegui subrayó que "no hay aguas territoriales cedidas, las únicas son las aguas interiores". Y, aunque reconoció que "los guardias civiles fueron detenidos dentro de las aguas del puerto, que sí son de Gibraltar", añadió que éste "ha sido ampliado exageradamente en detrimento de las aguas españolas", de manera "ilegal o por lo menos disputada".

El portavoz del PP rechazó la comparación de los últimos incidentes con el apresamiento del pesquero español "Piraña" en 1999, y acusó al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, de hacer con ella "trampas en el solitario". Reconoció que "fue un incidente grave", pero dijo que no es "bajo ningún concepto comparable".

Además, Arístegui aseguró que todos los incidentes de entonces "fueron puestos de relieve por el Gobierno del PP con una firmeza que hoy no muestra el PSOE", cuya "política equivocada respecto a Gibraltar" habría desencadenado, en su opinión, los recientes acontecimientos.