En un comunicado, AI destacó que lo que considera amenazas a los responsables del rotativo suponen un atentado contra “la libertad de expresión, el derecho a la información de los ciudadanos y la independencia de los medios” en Reino Unido.

Según The Guardian, sus directivos habrían sido amenazados por las autoridades británicas con diversas acciones legales a fin de forzarlos a eliminar la información sobre recogida de datos y escuchas ilegales a cargo de las fuerzas de seguridad de Reino Unido y EEUU.

Además, Amnistía acusó al Ejecutivo de Cameron de vulnerar el derecho de sus ciudadanos “a saber lo que sus gobernantes hacen con su intimidad” y de poner en riesgo la libertad de prensa.

Por ello, exigió al Gobierno británico dar explicaciones públicas sobre lo ocurrido y manifestar su “compromiso claro con la libertad de expresión y la independencia de los medios”.