El aumento del precio está relacionado con un incremento de la demanda, ya que se trata de un alimento nutritivo y barato, cuyo consumo crece en tiempos de crisis.

En la misma línea se sitúan otros productos, como las frutas frescas, que en julio se encarecieron un 7,2%, y un 22,2% desde el mismo mes de 2012. Desde principios de año la subida ha sido de un 29,1%.

Por otra parte, el aceite se ha encarecido un 26,8% anual, pero al contrario que en el caso de patatas y frutas, esta subida se produjo durante el segundo semestre de 2012. En julio, el precio del aceite bajó un 0,5%.

Otros alimentos también han experimentado subidas en sus precios durante los últimos 12 meses, si bien en menor medida. Es el caso de pescado en conserva y preparados (5,8%), frutas en conserva y frutos secos (4,4%). Las variedades de legumbres y hortalizas suben un 2,9% en el caso de las frescas, un 5,7% las secas y un 3,8% las congeladas y en conserva.

El precio del vino también se ha encarecido, un 6,6%, una subida que no se puede atribuir al aumento de los impuestos especiales porque el vino no está sujeto a este tipo de gravámenes.