El plan contempla mejorar los sistemas de videovigilancia y de escáneres en el control aduanero y reforzar los controles en las zonas limítrofes, especialmente las playas para reducir el tráfico ilícito de tabaco que, según datos del Ministerio de Asuntos Exteriores, ha aumentado un 213% entre 2010 y 2012.

“Los estanqueros tenemos que añadirle a las dificultades de la crisis, el incremento del contrabando, que está reduciendo fuertemente la venta en los estancos. Por eso, consideramos muy positivas todas las medidas de control del tráfico ilegal de tabaco que permitan reducir esta sangría que está afectando dramáticamente a los estancos de Andalucía, que sufren las consecuencias del contrabando desde Gibraltar”, afirmó Espejo.

Un reciente estudio elaborado por KPMG aseguraba que el consumo de tabaco ilegal se ha triplicado desde 2010. Y esta situación está afectando especialmente a los estancos del sur de España. Tomando como ejemplo el caso de Cádiz, en los últimos cuatro años han tenido que cerrar 40 expendedurías de la provincia y se prevé que, si la situación no mejora, en un futuro podrían tener que cerrar hasta un 50%, una situación que podría extrapolarse al resto de provincias andaluzas.

En España existen alrededor de 13.500 expendedurías de las que dependen económicamente unas 26.000 familias.