Así lo explica el Tribunal Superior de Justicia de Galicia en una nota en la que se recoge parte del contenido del informe sobre los datos registrados en las cajas negras del Alvia.

Según la nota del tribunal, el teléfono del maquinista empezó a sonar a las 20:39:06, y 9 segundos más tarde el conductor atendió la llamada. Entonces circulaba a 199 kilómetros por hora.

La conversación se prolongó durante un minuto y 40 segundos. El aviso acústico se produjo a las 20:39:52, cuando ambos trabajadores llevaban 33 segundos hablando por el móvil.

Cuando concluyó la conversación, 11 segundos antes del descarrilamiento, el convoy circulaba a 195 kilómetros por hora. Un segundo después sonó otra baliza y 4 segundos más tarde el maquinista aplicó el sistema de frenado de urgencia, cuando se encontraba a 404 metros del lugar donde descarriló.

Tres segundos más tarde del momento en que empezó a frenar y cuatro antes del descarrilamiento, volvió a sonar otra baliza, en este caso la que señala la entrada en la curva.

Cuando se produjo el descarrilamiento, a las 20:41:06, la velocidad del tren se había reducido hasta los 179 kilómetros por hora. Cuatro segundos más tarde se aplicó el freno de emergencia-seta, con una velocidad de 153 kilómetros por hora.

El tribunal recuerda que en el Libro Horario del Alvia 151 se contempla que entre el punto kilométrico 84,230 y el 85,000 (la curva del siniestro), la velocidad máxima permitida es de 80 kilómetros por hora.

Este informe ha sido elaborado y está firmado por agentes de Policía, personal de Renfe, de Adif y del Ministerio de Fomento.

Por otro lado, el tribunal anuncia que el magistrado del caso, Luis Aláez, ha pedido que el juzgado de guardia inicie una investigación penal por un presunto delito de descubrimiento y revelación de secretos.

A este respecto, denuncia que cuando este informe llegó al juez, sobre las 11.00 horas, eran ya varios los medios de comunicación que habían tenido acceso a este informe, que no había sido entregado al magistrado.

El interventor del tren prestó este viernes declaración como testigo, en una comparecencia en la que admitió ser el autor de la llamada recibida por el maquinista.