"Me equivoqué. Lo lamento, pero fue así, al mantener la confianza en una persona que ahora sabemos que no la merecía", aseguró Rajoy.

En esas dos palabras, "me equivoqué", se resume, según aseguró, su papel en todo el asunto relacionado con Bárcenas.

Atribuyó todas las informaciones publicadas a la estrategia de defensa de Bárcenas y reiteró que cuando la justicia termine su trabajo nadie podrá atribuirle a él ni al PP "ninguna actividad ilícita".

Negó que haya habido doble contabilidad en el PP y reconoció que se pagaron sueldos, remuneraciones complementarias "por razón del cargo" y anticipios justificados, y si todo eso se declaró o no "es una responsabilidad individual" sobre lo que ni Bárcenas ni nadie, salvo la hacienda pública, "sabe nada".

En su caso, aseguró que siempre lo declaró y que sus declaraciones de la renta y patrimonio de los últimos diez años están a la vista de todos.

Rajoy recuperó numerosas citas texturales del secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, para defender que se deje trabajar a los tribunales y que la carga de la prueba pesa sobre quien acusa, no sobre la víctima.

Criticó duramente a quienes han "jaleado" las acusaciones de Bárcenas, han dado por bueno lo publicado e ignorado lo desmentido, y sugirió que algunos de ellos lo hacen porque temeno no tener "tiempo político" para esperar a la resolución judicial de este caso.