Según comunicó la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en este acuerdo han participado los principales fondos de inversión y entidades especializadas en la compraventa de carteras fallidas.

La operación se ha estructurado mediante la venta de una subcartera de créditos a particulares y autónomos y la venta de dos subcarteras de créditos concedidos a pymes.

Estas carteras incluyen operaciones de crédito en situación de fallido y sin garantía real, relativas a pólizas, préstamos, líneas de descuento comercial y tarjetas de crédito.

La entidad asegura que se trata de tres carteras de crédito completamente provisionadas en los estados financieros del Grupo BFA-Bankia.

La primera de las carteras está conformada por créditos al consumo dirigidos a particulares y autónomos por un importe de 317,3 millones de euros.

Las otras dos carteras proceden de financiación al segmento de pymes y suman un importe agregado de 1.036,6 millones de euros.

En las tres carteras hay más de 76.000 operaciones, de las cuales más del 80% proceden del segmento de financiación al consumo para particulares.

"La operación es positiva para Bankia tanto en términos de liquidez como de capital, por el elevado nivel de provisión de los préstamos transferidos", afirma el banco.

Esta operación se enmarca dentro del plan de restructuración del Grupo BFA-Bankia que comprende la desinversión en activos no estratégicos por valor de 50.000 millones de euros.

Además, según la entidad, dado el volumen de deuda transmitido, se trata de una de las mayores operaciones de venta de carteras realizadas hasta la fecha.