Según informó este miércoles la Policía, los automóviles que supuestamente pertenecían a marcas de lujo eran ofertados a través de dos páginas web de Internet por precios que oscilaban en torno a los 40.000 euros, una cantidad muy inferior al coste real de los vehículos originales en el mercado legal, que ronda los 200.000 euros.

En los dos talleres, situados en localidades próximas a Valencia, la organización confeccionaba las piezas en fibra de vidrio para convertir los coches que utilizaban de base en falsos vehículos de gama superior. Además, disponían de una tienda en la que por encargo dibujaban los logos y signos distintivos de las marcas Ferrari y Aston Martin.

Cuando los falsificadores no eran capaces de reproducir las piezas de los automóviles de lujo, las importaban de Inglaterra o las solicitaban a fábricas de vehículos Ferrari verdaderos.

La Policía ha constatado que los clientes que compraron los vehículos transformados eran conscientes de que su adquisición era una falsificación del original.

La investigación policial, que aún continúa abierta, comenzó con la denuncia de un representante de Ferrari en España, al detectar la venta a través de Internet de un turismo falso utilizando la marca de estos vehículos de lujo.