Según Grenpeace, seis escaladoras están subiendo al edificio, de 310 metros de altura, para desplegar una pancarta que pretende reflejar la belleza del Ártico y pedirle a Shell que no destruya este territorio único.

Este edificio ha sido elegido porque se eleva sobre las tres oficinas de Londres de Shell, incluida la sede mundial de la compañía en el Southbank del Támesis.

"La multinacional lidera la fiebre del petróleo en el Ártico, con la inversión de miles de millones de euros en sus programas de perforación de Alaska y Rusia. A pesar del movimiento mundial que ha surgido para detenerlos, Shell se niega a abandonar sus planes, indica la organización ecologista.

Las voluntarias de Greenpeace han comenzado a escalar a las cuatro de la mañana y la acción durará todo el día. La escalada es libre (sin ningún tipo de ayuda), pero se fijan con cordajes de seguridad a medida que avanzan. Llevan la pancarta en sus mochilas y se calcula que por la tarde llegarán a lo más alto.