El PP reconoce los "efectos demoledores" de la corrupción en la credibilidad de los políticos

GUADARRAMA (MADRID)
SERVIMEDIA

El Partido Popular reconoció este sábado los "efectos demoledores" que los casos actuales de corrupción están provocando en la clase política, con una desafección creciente de los ciudadanos hacia los partidos y una fuerte caída de la credibilidad en el sistema que aparece cuantificada en el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

Así lo puso de manifiesto el secretario general del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, José Antonio Bermúdez de Castro, durante su participación en una mesa redonda titulada 'La reforma de las instituciones democráticas' en el Campus FAES 2013, los cursos de verano que la fundación del expresidente del Gobierno José María Aznar celebra esta semana en la localidad madrileña de Guadarrama.

Bermúdez de Castro reconoció que los casos de corrupción aparecidos en los últimos años, como el dinero acumulado por el extesorero del PP Luis Bárcenas o los ERE falsos de la Junta de Andalucía, han creado "un clima de alarma social que tiene efectos demoledores en la credibilidad de la política", como este mismo viernes puso de manifiesto el CIS.

Aseguró que es "injusto crear de manera falsa a interesada un clima de la política que no se corresponde con la realidad" y subrayó que los políticos en ejercicio "somos los primeros en vernos insultados" cuando aparecen casos de corrupción con los que sus propios compañeros se han enriquecido.

El secretario general del PP en el Congreso manifestó que "en la corrupción fallan sobre todo las personas y no las leyes" aunque reconoció que éstas pueden mejorarse y reclamó "más austeridad y más ejemplaridad" en los propios partidos políticos para evitar que algunas prácticas se repitan en el futuro.

En este sentido, presentó la Ley de Transparencia y otras reformas de regeneración democrática que está poniendo en marcha el Gobierno de Mariano Rajoy como el "antídoto y cortafuegos" contra los casos de corrupción, que definió como "singulares y minoritarios" porque son responsabilidad de unas pocas personas y no de la clase política en su conjunto.

Señaló que la corrupción "se desenvuelve mejor en la opacidad" y, en cambio, "le cuesta más en la claridad y la transparencia", por lo que insistió en que las reformas puestas en marca por el Gobierno -con especial atención a la Ley de Transparencia- son una buena forma de implantar "más prevención, más controlar y más castigo" para los que se saltan la ley.

Bermúdez de Castro recordó que en 1995, justo antes de que el PP llegara por primera vez a La Moncloa, también había una importante "desafección y distanciamiento" entre la ciudadanía y la política. Adujo que "esto suele coincidir con la crisis económica" si bien apuntó que la diferencia con entonces es que esta vez "ha habido quienes a partir de la radicalidad han intentado aprovechar esa desfección contra el sistema".

Se trata de "una minoría incrustada en esos movimientos sociales que tenía como objetivo que la impugnación del sistema democrático ganase simpatías y la trasgresión de la ley fuera una conducta socialmente aceptable". Ante ese comportamiento, advirtió de que "ese mensaje es muy peligroso y no podemos permanecer impasibles porque ataca los cimientos mismos del sistema democrático".

(SERVIMEDIA)
06 Jul 2013
PAI