El pasajero seleccionado para recibir este honor fue Alonso Fernández Ortiz, un colombiano de 30 años, que pudo viajar en business junto a su acompañante gracias a ser el pasajero mil millones.

Al tomar tierra fue recibido por la directora del Aeropuerto de Madrid-Barajas, Elena Mayoral, y la directora de marketing de Iberia, Carolina Martinoli, que le entregaron un certificado acreditativo de su condición de pasajero mil millones, una tarjeta VIP Oro de Aena que le permitirá usar las salas VIP durante un año y una maqueta en plata de un avión de Iberia.

El pasajero, que afirmó sentirse ”emocionado”, explicó que se trata de la primera vez que está en España y que permanecerá solo dos días en el país, puesto que mañana tiene previsto viajar a Polonia para cursar un máster.

Fernández, que viajó en un Airbus 340-600 de Iberia con 342 pasajeros a bordo, explicó que su intención, en las horas que pasará en la capital, era visitar el museo del Real Madrid.

El primer pasajero llegó al entonces llamado Aeropuerto de Madrid el 15 de mayo de 1933. Lo hizo en un trimotor Fokker VII de la compañía LAPE, precedente de Iberia, con capacidad para sólo 8 pasajeros y dos tripulantes.

Actualmente, con más de 45 millones de pasajeros y cerca de 375.000 operaciones, Madrid-Barajas fue el quinto aeropuerto europeo y el 19º del mundo por volumen de tráfico en 2012. Cerca de 80 compañías aéreas vuelan regularmente desde Barajas a 179 destinos en 65 países de cuatro continentes.

Lejos quedan los 378 vuelos y los 2.873 pasajeros de 1933, cuando el aeropuerto todavía no contaba con un edificio terminal ni pistas asfaltadas. Fue en 1944 cuando entró en servicio la primera pista pavimentada, de 1.400 metros de longitud y 48 de anchura.

En la década de los 50 el aeropuerto supera la cifra del medio millón de pasajeros anuales y en 1954 despega el primer Superconstellation con destino a Nueva York y, dada la creciente demanda, se decide la construcción de una terminal que se conocerá como Terminal Nacional, hoy Terminal T2.

En 1961 se supera por vez primera el millón de pasajeros al año, y la llegada de los primeros grandes reactores obliga a la construcción de dos grandes pistas cruzadas. En 1965, año en el que el aeropuerto pasa a denominarse oficialmente Aeropuerto de Madrid-Barajas, se inician las obras de ampliación de la primera pista hasta los 4.100 metros, lo que la convertía en la más larga de Europa en esos momentos.

El siguiente hito llegó en 1974, cuando Iberia inaugura el Puente Aéreo Madrid-Barcelona. El tráfico pasa de tres millones de pasajeros al año en 1969 a ocho en 1975.

Esto hace que en 1971 se inicie la construcción de una nueva terminal de pasajeros dedicada en exclusiva al tráfico internacional, hoy conocida como Terminal T1, que entraría en servicio en 1977.

Posteriormente, en 1990 se superan los 15 millones de pasajeros al año, y se decide acometer una nueva ampliación con la vista puesta en satisfacer una demanda de 25 millones de pasajeros al año, para lo que se lanza el Plan Barajas. En diez años el tráfico se duplica, pasando de 16 millones de pasajeros en 1990 a 32 millones en 2000.

Por último, el 4 de febrero de 2006 se inauguran la T4 y su edificio satélite, que permiten al aeropuerto madrileño un tráfico de hasta 70 millones de pasajeros anuales.